Desde una visión holística y con la idea de fomentar un cambio en la forma de vida en los territorios, fomentando una producción y comercio sostenibles, se impulsan proyectos en Chimborazo. La directora ejecutiva de MCCH explicó los procesos.
‘Maquita Cusunchic’, que en lengua latina quiere decir ‘comercializando como hermanos’, cumplió 27 años de vida en el Ecuador y en la actualidad está presente en 15 de las 24 provincias.
Al momento, en su interior se habla mucho del fortalecimiento de los circuitos económicos solidarios, proceso en el cual surgen temas como las ferias inclusivas y el trueque como estrategias a aplicarse en los territorios.
Esta organización tiene como misión fundamental modificar la estructura y las relaciones de la sociedad y la economía con incidencia en favor de las familias, comunidades y organizaciones de menos recursos económicos del país, mediante procesos productivos-comerciales y asociativos, de construcción de circuitos sostenibles de economía social y solidaria con productos estratégicos que permitan incrementar el ingreso familiar, mejorar su calidad de vida y practicar valores humanos y cristianos. Por ello, es la base de un cambio vertiginoso en el sector rural, en el cual Chimborazo tiene un papel protagónico a través de varias iniciativas, la principal. el proyecto de riego Atapo – Palmira. en el cantón Guamote.
Y es que en el camino se han consolidado organizaciones que ya tienen un trabajo de 27 años, pues nacieron con ‘Maquita Cusunchic’, mientras que otras apenas se integran e intercambian experiencias, triunfos y fracasos, así como estrategias para consolidar la economía social y solidaria que ya consta en la Constitución y las leyes, proceso en el cual fueron parte activa con aportes.
María Jesús Pérez, directora ejecutiva de esta organización, en entrevista con LOS ANDES, explicó algunos aspectos que surgen como resultado del trabajo en las provincias, especialmente en Chimborazo, donde destaca la acción articulada entre la cooperación internacional, el trabajo conjunto de MMCH con CESA, los gobiernos locales como el Consejo Provincial, Municipio y Junta Parroquial, con los líderes y socios del proyecto.
¿De dónde y con qué preceptos nace el trabajo de esta organización?
- Nosotros nacimos de una propuesta de fe liberadora, donde el centro son las personas, su dignidad de vida y sus derechos, pero somos ecuménicos, respetamos las diferentes religiones. Vivimos una espiritualidad muy andina, muy de la solidaridad y de la relación de los elementos de la naturaleza que inciden y provocan vida, porque Dios, la divinidad o como cada uno desde su religión o creencia lo interprete, al final, es vida. Esa vida que se transforma en oportunidades para todos, en vida digna para todos, en reconocernos con culturas diferentes pero en la riqueza del creador. La propuesta social, política y económica MCCH la rescata desde la propuesta liberadora de Jesús de Nazaret, pero respetamos otras y vivimos esa espiritualidad holística con todo lo creado. No dividimos a las personas, vivimos nuestra realidad económica para dar solución a las necesidades.
¿Cuál es el trabajo desplegado en la provincia de Chimborazo?
- Para algunos ámbitos de inversión productiva y económica hemos tenido proyectos de cooperación, los orientamos hacia la inversión, no hacia la donación, por eso nuestro nombre también es ‘démonos la mano comercializando como hermanos, no esperamos subsidios, regalos, sino que todos sumamos en minga la cooperación que viene para darnos un empuje inicial de inversión, sea en lo agrícola, sea en lo comercial y lo nuestro que tenemos, aportes y nuestras manos con nuestro trabajo.
¿Cuál es la mecánica de trabajo implementada en esta zona?
- La cooperación ha generado la inversión inicial de los que hemos vivido excluidos y nos han sacado del sistema en que nos han empobrecido. Es una inversión para poder repartir y hacer sustentable el proceso. Si no lo es, no lo hacemos, no regalamos. Principalmente hemos recibido de España, ahora muchas organizaciones también reciben aportes y donaciones desde el mismo Gobierno, por eso son estos espacios.
¿En qué estructura organizacional se basan para su trabajo en la actualidad?
- Ha sido un convenio a cinco años que hemos recibido de la AECID de España y a través de un consorcio entre MCCH y CESA, sumando experticias de las dos, con facilitadores de esas organizaciones para ubicarnos en territorios definidos y hacer un proceso suficientemente sustentable para que después del programa pueda seguir adelante. Ahí está el tema riego, agua de consumo humano, la inversión productiva y comercial orientadas a resultados concretos que tienen que marcar el antes y el después.
¿Cuál es el avance de los proyectos en Chimborazo?
- Llevamos dos años trabajando y vemos que está avanzando, hemos hecho todo un esfuerzo de no hacerlo solo, ahí está también el apoyo de los gobiernos locales, de los dirigentes, todo, para sumar esfuerzos. Creemos que es un gran desafío, miremos el riego en los Atapos, ha sido un sueño de años y cuando ha venido este empuje de la cooperación española, ahí también se ha sumado con lo que ha podido el Consejo Provincial, el Municipio, la Junta Parroquial. Son cosas que van a marcar y dejar una huella en las comunidades, eso es lo que buscamos y realmente estamos poniendo mucho esfuerzo. Es una propuesta real de desarrollo y vamos avanzando con algo que cambiará la vida de la gente.