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Evolución

  • Región de Tigray
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  • Niños en Dalul (Afar)
  • Niños en Sassie
  • Niños de la Región de Tigray
  • Estanque para ganado
  • Agentes de desarrollo del Convenio.
  • Vivero de especies de forraje.
  • Zanjas de hidratación para las tierras de pastos.
  • Muros de contención para la rehabilitación de cárcavas.
  • Pozo de excavación manual para riego.
  • Mujeres transportando agua.
  • Sistema de agua potable en Mugulat (Tigray)
  • Charla con las mujeres participantes de las actividades.
  • Mujeres transportando el agua.
  • Mujer recogiendo agua en puntos no seguros en Sassie
  • Reunión comunitaria de los beneficiarios del convenio.
  • Comunidades trabajando en la construcción del sistema de Riego.
  • Cisterna de Mugulat que aporta agua a toda la comunidad
  • Integración de actividades en Afar (Aynadib): pozo y rehabilitación de cárcavas
  • Micro presa para abastecer de agua al ganado de Kisad Maetab (Gulomekada)
  • Pozo perforado en Shewit Lemlem (Gulomekada)
  • Zona de pasto de la comunidad de Aynadib

Septiembre 2011

La región Este del Tigray y la Zona 2 de Afar están consideradas zonas de INSEGURIDAD ALIMENTARIA CRÓNICA. Recientes informes del Departamento Regional de Agricultura y Desarrollo Rural del Tigray muestran que sólo el 10,9% de los hogares de la región obtienen una producción suficiente para cubrir las necesidades nutritivas de la familia. La situación en la Región de Afar es mucho más drástica, dependiendo casi exclusivamente de la producción ganadera.

Esta inseguridad alimentaria,  estructural en ambas regiones,  es el punto de partida de nuestra intervención, así como la razón que motivó la presente propuesta y la columna vertebral que la sostiene. Nos unimos a la definición ratificada en la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996, entendiendo que sólo se consigue la seguridad alimentaria “Cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico, social y económico a los alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfagan sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida sana y activa".

Esto no se da en la zona de intervención debido a:
1.a  Alto nivel de degradación de los recursos naturales de la zona (deforestación, alto grado de erosión y pérdida de suelos). El problema de la degradación de los recursos naturales es un problema nacional que afecta de forma especial a las regiones del Norte, y que tiene una gran incidencia en la baja productividad del suelo. A pesar de los esfuerzos realizados para intensificar la recuperación de los suelos y la retención de agua, el proceso de desertificación sigue su curso. Actualmente, el porcentaje de zonas de arbolado en la Región de Tigray no supera el 1%. Además de las condiciones climáticas de la zona, otro de los condicionantes de la creciente desertificación es la deforestación, que sufre la región como consecuencia del uso indiscriminado de la leña como fuente principal de energía para la preparación de los alimentos, así como la explotación de otras materias primas  que son utilizados como material de construcción.
1.b. Bajo rendimiento y producción agrícola como consecuencia de esta degradación. Esta degradación de los suelos tiene como consecuencia directa la pérdida de la capacidad biológica para producir. Mientras que la mayoría de las comunidades de intervención dependen de una agricultura mixta (producción agrícola y ganadera),  las comunidades de la Cuenca de Bizet-Damo y en tres poblaciones de la cuenca de Wolwalo-Sewne (Embassi–Mina, Wolwalo and Sewne) dependen simplemente de la producción agrícola.

En el caso de las familias monoparentales encabezadas por mujeres, la escasez productiva de sus explotaciones agrícolas es mucho más alarmante. Las razones detrás de esta desigualdad se encuentran en las tradiciones rurales de la región, según las cuales, una mujer no puede trabajar la tierra. En el caso de que no haya un hombre en el hogar, las mujeres recurren normalmente a la ayuda de familiares y/o amigos, o al alquiler de las tierras, para superar la limitación que dichas tradiciones les imponen. Sin embargo, esto supone un pequeño retraso en los tiempos de arado y preparación de la tierra, que revierte muy negativamente en sus niveles productivos. Actualmente, la inestabilidad climática propia de los efectos del cambio climático hace que cualquier retraso en la preparación de la tierra de lugar a importantes pérdidas de cosecha.

Las principales causas de la baja productiva agrícola tanto para hogares encabezados por hombres, como por mujeres son las siguientes: el limitado tamaño de las tierras destinadas a cultivo por hogar, las lluvias torrenciales seguidas de periodos de sequía, el estrés hídrico de la tierra (especialmente en las tierras bajas), la reducción de la fertilidad del suelo, y el limitado acceso a tecnologías que mejoren el rendimiento de la tierra. 

1.c. Bajo rendimiento y producción ganadera:  El ganado es una fuente de ingresos complementaria para una parte importante de la población meta de la intervención. Más allá incluso de los ingresos, que derivan del ganado o de la cría de animales, el número de animales que un agricultor posee es sinónimo de su estatus social y económico dentro de las comunidades.  El ganado más común en la zona lo forman: vacas, ovejas, cabras, monos, caballos y gallinas. Tanto las condiciones climáticas como la topografía son muy favorables para la cría del ganado.

En tres comunidades de Sassei Tsaida Imba de la cuenca de Wolwalo-Sewne, los ingresos derivados de la cría de ganado suponen el 40% de la economía del hogar, mientras que en la cuenca de Bizet-Damo, el porcentaje es algo más bajo, entre el 30-40%.

Estos ingresos derivan de la venta del ganado y los productos derivados de él (leche, mantequilla y derivados), el “alquiler” de bueyes para el arado de las tierras, venta de carne para ceremonias y celebraciones, venta de la piel del animal para distintos propósitos, uso de los excrementos de animales como combustible. No obstante, la productividad del ganado se ha reducido considerablemente en los últimos años; debido tanto al tamaño de la cabaña ganadera por hogar, como a la reducción de su productividad.

Esto se debe a la falta de alimento y agua para el ganado, el limitado acceso a los servicios veterinarios en la zona y la práctica extendida según la cual el ganado accede libremente a tierras de pasto, haciendo que éste pierda niveles de productividad.

Producciones poco diversificadas: La utilización biológica de los alimentos tiene mucho que ver con la disponibilidad de una gran variedad de alimentos que cubran las necesidades nutricionales de la población y que satisfaga todas las necesidades fisiológicas de las personas. Teniendo en cuenta las características  climáticas y la infraestructura y tecnología  existentes para la gestión agrícola; la mejora de la producción agrícola y la inclusión de los sistemas de riego, permitirán diversificar de forma notable la producción de las plantaciones y acceder a nuevos productos, que hasta ahora eran minoritarios, como legumbres, verduras, frutas.

A esto hay que añadir que para  la preparación de los alimentos, los únicos combustibles con los que cuenta la población son los excrementos secos de animales y la leña. Esto último, como ya hemos comentado anteriormente, tiene una incidencia directa en la deforestación de la zona, y por tanto en la degradación del suelo y la pérdida de la capacidad biológica de la zona. Para evitar este impacto medio-ambiental, que revierte negativamente en la situación de inseguridad alimentaria en la zona, el proyecto prevé la dotación de 570 cocinas eco-eficientes que reduzcan entre 25-30% el consumo de leña y permitan la preparación adecuada de todos los productos necesarios para una dieta equilibrada de la población.

El limitado acceso a infraestructuras de saneamiento y a agua potable. Las dificultades de suministro de agua son debidas tanto a la escasez de fuentes de agua, como a la mala calidad del agua de las fuentes que actualmente existen. Este problema de acceso al agua es especialmente dramático en las poblaciones más aisladas, como: Meshul en la Woreda de  Sassie Tsaida-Imba; y en las dos tabias de la Woreda de Dalul, en la Región de Afar.

Esta falta de agua y comida, dan lugar a un  mal estado de salud general de la población (alta incidencia de enfermedades de origen hídrico y desnutrición).  Como consecuencia de su escasez, el nivel de consumo doméstico del agua en las comunidades (para beber, preparar alimentos y para la higiene) se sirve de puntos de agua no seguros, que pone en peligro la salud de quienes la consumen. Además, la falta de alimento durante más de seis meses al año y la falta de higiene tienen mucho que ver con el mal estado de salud general de la población.

Las principales enfermedades observadas en la población son la tuberculosis, la malnutrición de la madre y los niños, infecciones respiratorias, diarrea, malaria, lombrices, parásitos externos, y enfermedades de la piel.  Todas ellas están muy relacionadas con la pobreza, la falta de una alimentación adecuada en cantidad y calidad, y la escasez de agua. Todas ellas serían fácilmente prevenibles y controlables en otros contextos con menores índices de pobreza, y mayor conocimiento de la importancia de las prácticas higiénicas y/o sanitarias.

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